lunes, 16 de mayo de 2011

¿Cómo nos organizamos?

Aunque con un poco de retraso, inauguro este portfolio con mis primeras impresiones. Descolocado ante el aluvión de términos blogger, gadget, wiki... empiezo a espabilar. Hasta el momento he visto vídeos interesantísimos, he leído documentos y os he leído a vosotros, compañeros de debate.
Comienzo a crearme una imagen de las

El día a día

Poco a poco las horas del orientador se van bloqueando por sus constantes quehaceres y la pretensión de hacer de la mediación algo relevante, prioritario en este trimestre loco. Al haber surtido efecto, los mediadores reclaman trabajo; los profesores se interesan por cómo va eso y animan a participar; algún padre muestra apoyo, aunque no tiene muy claro qué hay detrás. Y los chicos, de lo más animoso: un grupito de chicas de segundo curso se siente llamada a la mediación ya que otra chica, que en algún momento les ha mirado mal, ha sugerido que pueden venir a buscarlas a la salida.
Es muy difícil sacarse de un plumazo todo lo que el factor "chivato" tiene de cultura y condicionante. Finalmente, dada la novedad y la insistencia del tutor, las chicas van a mediación. Una pareja de mediadores les citan en una sala contigua al departamento de Orientación. Los mediadores están nerviosos, se trata de su primera mediación, y aún no han acabado el taller. Uno de ellos pidió el día anterior un vídeo que trabajamos en el taller (Juan Carlos Torrego grabado para la UNED). Se percibe nerviosismo, han ido a las clases a solicitar que las dos chicas salgan a mediación. Los profesores no ponen pegas, pero podrían. Los mediadores y los mediados deben saber en todo momento que es el profesor el que autoriza o no. Cuando empiezan las presentaciones me marcho, es su momento. Las dudas ahora son para mí. Han funcionado en el taller, pero no deja de ser artificioso, casi teatral. Les gusta, lo hacen bien y toca confiar en ellos. Mientras dialogan, yo sigo con mi tarea: tengo que buscar a un profesor y pedirle información sobre un alumno, de cara a entrevistar a sus padres. Tras la conversación vuelvo al despacho. Siguen hablando, se les oye tras la puerta. ¡Quieto! ¡Es su momento!. ¡Confía!. Tras unos momentos, salen de la sala, les oigo despedirse. Los mediadores están eufóricos. Quieren contar lo que han hecho, qué ha pasado, hay que frenarles. ¡Es confidencial! No deben dar datos. Comentan que les ha costado empezar, que ellas hablaban poco, que no tenían intención real de pegarse, que se amenazan pero que no llegan a las manos. Aún así, parece serio, no hay que menospreciar. Son los primeros momentos de un conflicto, y de lo que se trata es de pararlo. Han sabido reconocer que ambas partes "se están pasando"; que las terceras personas juegan un papel crucial, ya que aunque a solas no manifiestan gran animadversión, ante sus amigas se crecen y mantienen una imagen de duras de y no achantarse. La propuesta es que tras el diálogo, deciden no pegarse, y cuando sus amigas pregunten, simplemente aludirán a que lo han resuelto hablando. Quedan para revisar su acuerdo dentro de quince días. El chico asegura que cree que no van a volver a amenazarse, pero...